Con aromas a retama y a
eucalipto, la Sierra de Cádiz se viste de gala para recibir el Corpus, fiesta
declarada de interés turístico nacional en Zahara de la Sierra, donde se
celebra desde el siglo XV. El domingo 3 de junio, fachadas y callejuelas
cubiertas de flores y juncias y en procesión una custodia de plata dorada y
esmeraldas.
En el Gastor –población
vecina- suena también la música de esta fiesta de origen pagano, considerada
Fiesta de interés turístico de Andalucía, en la que se limpiaban los pastos
antes de que llegara el verano. Arcos de palmas, balcones engalanados y el
suelo cubierto de hierba, recuerdan cada año esta celebración que se remonta a
la época de Al Andalus. No hace falta elegir para disfrutar de ambas porque
sólo 17 kilómetros separan a Zahara de la Sierra de El Gastor.
Corpus Christi_El Gastor |
Desde que el pueblo pasara a
manos de cristianos, a finales del siglo XV, Zahara de la Sierra no ha dejado
de celebrar el Corpus ni un solo año. Su dilatada tradición y la belleza que la
celebración adquiere en esta población, explican que el de Zahara sea el único
Corpus en Andalucía declarado de Interés Turístico Nacional, distinción que
obtuvo en 1980.
La fiesta en Zahara gira en
torno a la decoración de sus calles. Un numeroso grupo de voluntarios parte el
vienes en busca de las juncias, que después cubrirán el suelo de las calles
principales. Las ramas de eucaliptos, retamas, adelfas y plantas aromáticas que
vestirán las fachadas se recogen el sábado.
Pero será el mismo día del
Corpus, el domingo 3 de junio, a partir de las siete de la mañana, cuando los
zahareños deberán demostrar su destreza y originalidad, vistiendo sus fachadas
y balcones con todas las plantas recogidas. Los vecinos de las calles principales
adornan sus casas con la ayuda de otros zahareños aunque cada vez son más los
forasteros que se animan a participar en estos trabajos, atraídos por la
singularidad del festejo.
La misa y la procesión de la
Custodia, una verdadera joya de orfebrería realizada en plata dorada y
esmeraldas, completan el programa religioso de la fiesta. La comitiva,
protagonizada por los niños que han celebrado su primera comunión, recorre las
calles vestidas de flores y realiza paradas en los altares artesanales que algunos
vecinos instalan a las puertas de sus casas.
La fiesta no acaba aquí. La
verbena, que comienza el sábado con un pasacalles de la banda de música,
continúa en la caseta instalada por el Ayuntamiento, donde la música se
prolonga hasta la mañana del lunes.
El principal evento de este
segundo día del Corpus es el ya tradicional concurso de “cachiporras”, una
especie de látigo elaborado con las juncias utilizadas para adornar el suelo,
que se trenzan para formar este particular instrumento. La mejor “cachiporra”,
según un jurado que juzga su estética y la sonoridad del látigo, recibe un
premio en metálico.
Un desarrollo similar tiene
el Corpus en El Gastor, población cuya fiesta rivaliza en belleza con la de
Zahara. También aquí las actividades comienzan el viernes 31 de mayo, cuando un
grupo de más de 200 personas se traslada al término municipal de El Cuervo
(Sevilla) para pasar la jornada buscando juncias. La decoración de las calles
se lleva a cabo el sábado a partir de las siete de la tarde y se prolonga
durante la madrugada con la colaboración de todos los vecinos. Los habitantes
del pueblo recogen las adelfas y ramas de eucaliptos, álamos y chopos, aunque
el Ayuntamiento se encarga de repartir vegetación entre aquellos gastoreños que
no pueden hacerlo.
La vegetación, que cubre más
del 50% del pueblo, transforma El Gastor durante un fin de semana en un
verdadero bosque: Arcos de palmas, balcones floridos, fachadas cubiertas de
ramas, el suelo alfombrado e incluso algunas calles techadas con juncias.
Como en Zahara, la procesión
de la Custodia va acompañada por niños de primera comunión, aunque en este caso
se unen también vecinos vestidos de pastores. La fiesta tiene siglos de
tradición en El Gastor, ya que incluso bajo dominación árabe se celebraba una
fiesta pagana en la que se limpiaban los pastos ante la llegada del verano. Sin
embargo, la procesión adquirió verdadera importancia a partir del año 1747, con
la construcción de la iglesia en el municipio.
La celebración se cierra el
domingo por la tarde con el certamen de gaitas gastoreñas. Un instrumento
autóctono, diferente a otros del mismo nombre, y que ha llamado la atención de
los gaiteros gallegos, que han
participado en este certamen en ediciones anteriores, aunque tocarla supone un
reto para los foráneos.
Patronato Provincial de
Turismo
Cádiz, mayo 2013