Las organizaciones deben
mentalizarse para profesionalizar al máximo todas las actividades relacionadas
con su gestión. Contar con la información adecuada resulta vital a la hora de
tomar decisiones y de establecer un plan de retribución variable, rentable para
la compañía y atractivo para el equipo comercial. La transparencia y el respeto
son algunos otros factores clave.
Madrid, 21 de junio de 2013. DATISA, compañía española especializada en el desarrollo y comercialización
de software ERP con 30 años de historia en el mercado, analiza cuáles son las
estrategias que permiten llevar a cabo un plan de comisiones comerciales óptimo
para vender más y mejor.
Como explica Isabel Pomar,
directora de marketing de DATISA, “en
el actual contexto en el que nos movemos, vender mucho ya no es suficiente. Hay
que analizar la rentabilidad de las ventas y de los márgenes comerciales para
tratar de vender mejor. Para lograrlo, hay que disponer de toda la información
que afecte a la fuerza de ventas, ya sean estadísticas, informes de actividad,
ratios, etc… De este modo podremos potenciar los resultados de quienes no están
alcanzado los objetivos previstos y potenciar aquellas áreas, zonas
geográficas, nichos de mercado o soluciones, que mejor están respondiendo”.
Las 10
reglas maestras para elaborar un modelo de retribución variable
En el establecimiento de un buen plan de
comisiones no hay reglas fijas porque cada empresa es un mundo y existen
además, muchos factores implicados en el juego, en su mayoría, subjetivos. Por
ello, cada compañía tiene que encontrar su propio plan de incentivos de acuerdo
a su actividad y a sus necesidades. Sin embargo, hay ciertos elementos a
considerar que pueden resultar de gran ayuda para garantizar el éxito de la
iniciativa y evitar algún que otro disgusto por no haber tenido en cuenta
detalles que, en un primer momento, pudieran parecen insignificantes.
- No perder dinero. El
desconocimiento en el ámbito contable hace que muchos gestores, con la
mejor intención, pongan en marcha planes de incentivos dirigidos a su
fuerza de ventas sin tener en cuenta el margen con lo que, al final, lo
único que logran es estrangular sus beneficios. Venderán más o menos, pero
el negocio siempre será ruinoso. Para evitarlo, antes de institucionalizar
cualquier tipo de plan de incentivos es necesario realizar un presupuesto
de la empresa enfrentando ingresos y gastos.
- Cada empresa es un mundo. La gestión de
cada empresa es única y cada una deberá desarrollar su plan en base a la
rentabilidad que desee conseguir. Cada una decide sus márgenes y sus
reglas.
- El incentivo debe ser eficaz. La comisión debe ser proporcional al
esfuerzo requerido para alcanzar las cuotas establecidas.
- La comisión debe ser justa. A cada uno hay
que pagarle lo que le corresponde por sus ventas, ni más, ni menos. Todas
las compañías deberían asegurarse de que esta regla se cumple a rajatabla.
- La comisión debe ser fácil de calcular.
El
sistema puede incorporar todas las variables que la empresa requiera de
acuerdo a su tipo de actividad, sin embargo, el método para calcular las
comisiones debe ser sencillo y fácilmente entendible.
- La comisión puede marcar el camino a
seguir. Una
buena táctica puede ser que a través de la retribución de comisiones se
marque la estrategia comercial. Potenciar cierto tipo de clientes, zonas,
productos, se puede llevar a cabo a través de la retribución variable.
- Conocer a fondo la fuerza de ventas de
la empresa. Dentro
de cada equipo comercial hay figuras distintas: directores, profesionales
seniors, juniors…. Es necesario establecer si el plan de incentivos debe
ser el mismo para todos o no, porque seguramente la cuota de ventas que
tiene asignado cada uno de ellos, la responsabilidad en cada operación y
el porcentaje asignado en relación al global del negocio será también
diferente.
- Conocer el funcionamiento del mercado. Cada mercado
funciona con reglas propias. Los ciclos de venta, por ejemplo. Hay
sectores en los que una venta puede cerrarse en semanas y otros en los que
una operación puede tardar más de un año en firmarse. El plan de
incentivos debe tener este factor en cuenta a la hora de establecer el variable,
porque seguramente ningún comercial podrá mantener su motivación intacta
durante largos periodos de tiempo con retribuciones variables muy altas.
- Las cartas sobre la mesa. Ante todo,
claridad. Cada empresa debe establecer sus reglas de juego y comunicarlas
con transparencia. Todas las variables pueden ser válidas, pero siempre
hay que asegurarse de que todos los que participan en el negocio jueguen
con las mismas cartas.
- El cambio es bueno. Las comisiones no tienen por qué ser
fijas. El establecimiento de las comisiones es subjetivo y los métodos de
comisionado también deben ser flexibles, pudiéndose cambiar fácilmente. En
este sentido, cabe decir que lo más adecuado es mantener un sistema de
incentivos siempre en movimiento con el objetivo de evitar que el
comercial se asiente.
Isabel
Pomar, directora de marketing de DATISA, asegura que “apoyarse en herramientas de gestión que permitan automatizar los
cálculos y obtener la información con un solo “click” implica, además de los
consabidos ahorros de tiempo y minimización de márgenes de error, algo mucho
más estratégico, casi imposible de cuantificar. La confianza del área comercial
en el buen hacer empresarial y la garantía de contar siempre con la información
precisa, exacta y clara, acerca de sus incentivos”.
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